Planes de movilidad al trabajo en polígonos industriales: el reto de la accesibilidad sostenible
Cada día, miles de personas se desplazan hacia los polígonos industriales y parques empresariales de todo el país. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esos trayectos se realizan en vehículo privado, por falta de alternativas reales. Las consecuencias son claras: congestión en las horas punta, problemas de aparcamiento, emisiones elevadas y dificultades de acceso para parte de la plantilla.
En este contexto, los planes de movilidad al trabajo se han convertido en una herramienta estratégica para mejorar la accesibilidad y la sostenibilidad de estos entornos.
Un entorno con retos únicos
La movilidad en polígonos industriales presenta características muy diferentes a las de los centros urbanos. La dispersión geográfica, la baja densidad de servicios y la falta de transporte público adaptado hacen que la mayoría de las personas dependan del coche particular. Además, los horarios laborales suelen concentrarse en determinadas franjas, generando picos de tráfico intensos y problemas de acceso.
A estos factores se suman otros condicionantes: la escasa conexión con la red ciclista o peatonal, la falta de infraestructuras seguras para moverse sin coche, y la dificultad de coordinar medidas conjuntas entre múltiples empresas que comparten un mismo espacio industrial.
Por qué los planes de movilidad al trabajo son parte de la solución
Un plan de movilidad al trabajo (PMCT) es mucho más que un diagnóstico: es una hoja de ruta para cambiar hábitos, optimizar recursos y hacer más accesible el entorno empresarial. En el caso de los polígonos industriales, su papel es todavía más relevante porque permite coordinar estrategias colectivas entre diferentes empresas y actores locales.
Mediante un PMCT bien diseñado, es posible:
-
Crear líneas de transporte lanzadera que conecten con estaciones de metro, tren o autobús.
-
Promover el coche compartido entre trabajadores de empresas próximas.
-
Fomentar el uso de bicicletas o patinetes eléctricos mediante infraestructuras adecuadas y aparcamientos seguros.
-
Establecer aparcamientos disuasorios y zonas de carga para vehículos eléctricos.
-
Reorganizar turnos y horarios de entrada o salida para reducir la congestión.
La clave está en adaptar las medidas a la realidad de cada polígono, entendiendo que no hay soluciones universales, sino estrategias personalizadas y sostenibles.
Beneficios que van más allá del transporte
Los efectos positivos de un plan de movilidad al trabajo en un polígono industrial se extienden mucho más allá de la movilidad.
Por un lado, mejora la productividad y la puntualidad, ya que las personas trabajadoras llegan a tiempo y con menor estrés. Por otro, reduce los costes asociados al aparcamiento y la congestión, libera espacio para nuevos usos y mejora la imagen corporativa de las empresas implicadas.
Desde un punto de vista ambiental, las reducciones de emisiones contaminantes son significativas: menos coches, menos ruido y una mejor calidad del aire en el entorno laboral. Y a nivel social, fomenta la igualdad de oportunidades, permitiendo que personas sin vehículo propio puedan acceder al empleo en condiciones similares al resto.
En definitiva, invertir en movilidad laboral es invertir en competitividad, bienestar y sostenibilidad.
Con más de 15 años de experiencia, en Ingartek ayudamos a administraciones locales, asociaciones empresariales y compañías privadas a diagnosticar y mejorar la movilidad en centros de trabajo. Contáctanos y descubre cómo podemos ayudarte a convertir la movilidad laboral en tu organización.